La inflamación interna que genera el lupus eritematoso sistémico en los tejidos corporales produce un dolor que es sentido desde la cabeza hasta los pies. Quienes padecen esta enfermedad relatan que sienten como si les clavaran cuchillos calientes en su cuerpo y les arrancaran los músculos.
El lupus eritematoso sistémico es una enfermedad que no tiene síntomas exclusivos. Produce diversas problemas en el organismo, por eso en algunos casos los médicos no diagnostican de forma rápida la enfermedad que se convierte en un calvario para quienes la padecen.
Los que padecen la enfermedad tiene constantes fiebres, inflamaciones en la piel y dolores en las articulaciones musculares.
Algunos síntomas
El principal problema de esta patología inflamatoria recurrente e incurable radica en que produce un trastorno a u t o i n m u n e, donde los anticuerpos que protegen al organismo atacan los órganos vitales como si fueran bacterias y virus.
El reumatólogo Rubén Montufar detalla que debido a esta alteración del sistema inmunológico, el organismo se rechaza a sí mismo. Confunde los tejidos corporales con agentes dañinos y no cesa de fabricar anticuerpos para que libren batallas contra el mismo cuerpo.
Algunos problemas que presentan los enfermos de lupus son fatiga, pérdida de cabello, anemia, dolores en los músculos, las articulaciones, la cabeza y los pulmones.
También padecen de inflamación cutánea, erupciones y manchas en la piel, llagas en la lengua y al interior de la boca y la nariz.
Las personas enfermas tienen bajos niveles de leucocitos y plaquetas, fiebres, palpitaciones rápidas o intensas, sensación de ahogo, náuseas y mareos con pérdidas del equilibrio.
La medicina
Por ser una enfermedad inflamatoria que trastorna el sistema de defensa del organismo, el reumatólogo internista Raúl Aragón explica que existen medicamentos que tienden a regular tal desequilibrio en el sistema inmune, pero debido a su complejidad, los tratamientos pueden ser de varios tipos.
Parte de las opciones terapéuticas son los esteroides que tienen compuestos antiinflamatorios. Pueden administrarse por vía intravenosa, oral y tópica. Las dosis varían de acuerdo al grado de intensidad de la afección y la parte del organismo afectado.
Estas medicinas sirven para controlar la artitritis,el dolor en las articulaciones, las alteraciones de la piel, las inflamaciones de órganos internos como el corazón, los pulmones y los riñones.
También se utilizan medicamentos antiinflamatorios, no esteroideos, como el ibuprofeno o diclofenax, incluso suelen usarse analgésicos para el malestar o la fiebre como el acetaminofén.
Para reducir la inflamación y suprimir la actividad del sistema inmune, el más utilizado es la prednisona, que es un cortico esteroides.
En caso de que las afecciones no se controlen con estos tipos de medicamentos se emplean los inmunosupresores como moduladores o modificadores del sistema inmune descontrolado.
El dermatólogo Salvador Chevez Gomar también aconseja el uso de ungüentos tópicos y medicamentos como la dapzona, la cloroquina y la hidroxicloroquina para contrarrestar los problemas que el lupus causa en la piel como úlceras en la mucosa de la boca y las manchas rojizas alrededor de los ojos, el rostro y el cuello entre otras áreas.
¿Cómo se diagnostica el lupus?
Se hace una revisión del historial médico, una exploración física, exámenes de orina y sangre, la medición de eritrosedimentación (velocidad de inflamación en los tejidos), pruebas para detectar anticuerpos antinucleares (AAN) y medición de proteínas complementarias que circulan en la sangre como la C3 y C4.
Para determinar la presencia de la enfermedad no es suficiente una prueba. Se necesita considerar una serie de criterios. Por ejemplo el resultado positivo en una prueba de anticuerpo antinucleares no significa que tiene lupus; hay quienes ni desarrollan el mal, aunque los tengan. Pueden deberse a otras patologías.
La enfermedad que afecta a 19 millones de personas en el mundo no es catalogada como hereditaria, porque hay quienes tienen los genes y nunca la desarrollan. La padecen en su mayoría los adultos. Del número de enfermos existentes, el 90% es mujer, por lo general en edad fértil. En ellas, el lupus provoca una diversidad de malestares mientras que en los hombres es frecuente que provoque daños en los riñones.
La ciencia no ha determinado una etapa específica de la vida dónde se manifieste la enfermedad. Los estudios han comprobado que quienes lo padecen son menores de 40 años aunque puede presentarse después de los 50, pero con poca frecuencia.
Alguien puede preguntarse cuántos años puede vivir una persona que padece lupus. Hace 50 años se creía que podrían morir en menos de un año después del diagnóstico. Sin embargo, las posibilidades de una vida larga y casi normal son posible, siempre cuando sigan al pie de la letra los tratamientos y las recomendaciones de los médicos.